Las personas se desarrollan a lo largo de su vida de muchas formas, y una de ellas es a través del trabajo. Esa fuerza del trabajo es innata en las personas, y a veces se nos priva de ello por circunstancias externas o internas como puede ser el desempleo, el cambio del mercado laboral o la falta de formación específica. Pero hay colectivos de personas entre las que se ven aún más con una especial dificultad para acceder a un empleo, como es el caso de las personas con diversidad funcional.
Es por ello que desde organizaciones del tercer sector como Fundatul, en la que ejerce la persona que escribe estas líneas tenemos el objetivo de hacer personas independientes y autónomas a través de la formación y empleo de personas con diversidad funcional que no tienen las habilidades o recursos para llegar hasta él.
Personas en la mayoría de los casos con una discapacidad de carácter intelectual o psíquica que por sus circunstancias personales no han podido terminar los estudios básicos y no tienen titulación o incluso teniéndola sufren dificultades ya que algunas personas se piensan dos veces poder darles la oportunidad de ser probadas en sus empresas debido aún a prejuicios y estereotipos arraigados en la sociedad.
Es por ello, necesarios programas de formación prelaboral en el que personal técnico acompaña a las personas usuarias a empresas con las que se tiene convenio de prácticas no laborales. Y allí se les forma insitu en habilidades laborales y competencias personales durante un tiempo no determinado, dependiendo de la persona y su nivel de progresión. Con ello conseguimos que la persona aprenda en cada empresa por la que va pasando su formación y capacitándose para un puesto de trabajo futuro.
Además, a partir de aquí se tiene un perfil profesional con el que el personal de orientación laboral y acompañamiento a la inserción cuenta por si llega una oferta de empleo, y así saber qué lugar será el más indicado para esta persona, ya que con la información facilitada de forma coordinada por el equipo ayudará a que encajen de forma adecuada en el puesto de trabajo más acorde a sus habilidades. Y si hay suerte esa persona va a entrevista y puede que la escojan para dicha oferta.
Después viene un paso crucial y es que se pasaría a Empleo con Apoyo, en el que una persona técnica que es preparadora laboral acompaña a la persona que se incorpora a empleo desde el primer momento que es aceptada para el puesto de trabajo. Allí con ayuda de alguien de la empresa aprenderán que funciones debe hacer en el puesto y trabajará como otra persona más en el equipo.
La persona preparadora laboral se encarga aparte de supervisar que realice bien las tareas del puesto, que adquiera rapidez al hacerlas, así como que haya un buen ambiente de trabajo con el resto del equipo en la empresa, y buenas relaciones entre el personal. También por si la empresa tiene cualquier duda se resuelva lo antes posible para no generar malos entendidos. Con todo ello, cada persona necesita un periodo de adaptación, y poco a poco el apoyo realizado se irá disminuyendo hasta que esa persona esté completamente integrada en su puesto y en la empresa. Aunque de vez en cuando la persona preparadora laboral le haga alguna visita o llamada para ver su evolución.
Con todo este proceso explicado de forma resumida se permitirá que una persona o familia que no tenia pensamiento o veía con gran dificultad que pudiera trabajar cuente con entidades del tercer sector que les permitan acceder a un puesto de trabajo en una empresa normalizada después de muchos meses de esfuerzo y aprendizaje, haciéndose con todas las garantías y facilitando la inserción y la inclusión laboral de las personas con discapacidad en el empleo y la sociedad de forma plena.
Comentar, además que este tipo de puestos en el ámbito laboral de formación e inserción al empleo de personas con discapacidad puede ser desarrollado perfectamente por profesionales del Trabajo Social, ya que contamos con las herramientas y recursos necesarias para alcanzar los objetivos las personas usuarias.
Darío Hidalgo Blog 
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